La monumental obra literaria del escritor madrileño Antonio Castillo-Olivares Reixa
Se inicia la aventura en el transcurso del año 1213 y mientras la Cruzada papal contra los cátaros asola las tierras del Languedoc. Un Conde franco al servicio del caudillo Simón de Montfort envía a tres miembros de su progenie, dos de sus hijos y un sobrino, en persecución de un noble occitano protector de herejes y paganos, y su camarilla, que han escapado llevando consigo un fabuloso tesoro y una venera reliquia.
Los tres jóvenes guerreros, personajes insólitamente peculiares, serán acompañados por dos campeones de la hueste católica, el Mariscal de su mesnada y un monje del Temple tío de ellos, y también por un variopinto puñado de caballeros, escuderos y siervos.
La que parecía que iba a ser una fácil misión se embrolla de una manera que nadie se podía imaginar. Los componentes del grupo se verán envueltos en una extraordinaria aventura que terminará transformando de manera radical sus vidas…
Las aspiraciones religiosas, ambición personal y la codicia, seguirán impulsando a estos dos grupos a enfrentarse a las situaciones más cruentas en el marco de un territorio desconocido y una sociedad hostil donde la violencia, el amor y el misterio serán los protagonistas absolutos.
Y a través de esta segunda parte, comprobamos como la saga se va conformando como una novela histórica de viajes y aventuras que sumerge al lector en las costumbres, sistema de valores y creencias del siglo XIII a través de esa persecución por la accidentada geografía de parte de la Península Ibérica.
Este episodio de la saga fue precisamente merecedor del premio “Isla de las letras”, convocado por Ediciones Atlantis, a la mejor novela histórica.
Nos cuenta su sinopsis que, tres meses después de la batalla de Muret y del inicio de la persecución del grupo de cátaros por esta patrulla de cruzados católicos, los protagonistas de la aventura alcanzan la ciudad de Toledo, en Castilla. Que allí acabarán confluyendo, tanto los fugitivos como los protagonistas francos, más otros grupos de aventureros, de variada índole y procedencia, todos con la intención de apoderarse de los famosos tesoros que portan los herejes, como ya sabemos, uno material, unas sacas cargadas de oro y piedras preciosas, y otro de orden espiritual concretado en una misteriosa reliquia, que algunos interpretan como el Santo Grial.
Comienza así la nueva entrega de la galardonada saga histórica Cercle, donde el protagonismo absoluto lo acapara la ciudad de Toledo con sus intrincadas calles y amalgama de credos y culturas.
Corrupción, alianzas contra natura, engaños y traiciones son una constante desde el inicio de esta nueva aventura en la que los personajes son víctimas una vez más de la codicia, la ambición personal y el fanatismo religioso.
Cuando hablábamos de monumentalidad de la obra, nos referíamos, a parte de otras consideraciones más relativas dada su posible subjetividad, al hecho incuestionable de la extensión de la misma, entre cuatrocientas y seiscientas páginas de densa grafía en cada uno de los volúmenes. Pero el lector que se anime a afrontar su lectura encontrará que ni una sola línea es superflua, todas tienen un porqué, todas son útiles y necesarias para profundizar en esta obra coral, en la enmarañada psicología de sus personajes, cerca de un centenar, que protagonizan la aventura. Los cientos de miles de palabras volcadas en el texto nos sirven para sumergirnos en una época fascinante de la historia humana, para vivir una aventura sin parangón que nos conducirá al interior de nosotros mismos. Alguien ha dicho de ella que se trataba de una obra iniciática en cierto sentido y no iba muy descaminado.
En resumidas cuentas, si al final la historia no te engancha, hay lectores de todos los gustos, no dejará de tener su propietario una auténtica enciclopedia de historia y geografía humana referida al siglo concreto que se describe, el XIII, en los territorios, entonces disgregados pero con creciente vocación reunificadora de sus habitantes, de la vieja Hispania.